lunes, 21 de junio de 2010

Cuando somos niños soñamos con cosas pequeñas, sencillas. Cuando nos hacemos mayores, nuestros sueños cambian con nosotros y se vuelven complejos...igual que nosotros. Pero los sueños se rompen en pedazos cuando se topan de frente con la realidad, porque la realidad a menudo es radicalmente distinta como uno cree que es. Las personas no siempre son lo que aparentan ser, ni las relaciones, ni mucho menos los sueños, y esa realidad es la que se encarga de poner a cada uno en su sitio. Lo que uno cree que es negro puede ser blanco y lo que uno cree que es blanco probablemente sea de todos los colores del arco iris
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Uno sabe como empiezan las cosas, pero nunca sabe como van a terminar

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